El gobierno no le ha dado a su actual propietario ni un mísero ladrillo para repararla, y ha tenido que enfrentar solo y sin ayuda institucional alguna, los arreglos de urgencia que su economía le ha permitido estos últimos años. Me envió fotografías de su estado actual, del documento de propiedad original que conserva, los planos del catastro y el plano de la planta, que adjunto en esta crónica. Para seguir leyendo…
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