El hecho no ha gustado a las autoridades: el autor ha tomado imágenes icónicas del “innombrable” líder – imágenes de Él discursando en la Plaza de la Revolución, o Él visitando unas pobres vacas, o Él jugando dominó… – y mediante un exquisito trabajo de postproducción fotográfica, ha eliminado la figura misma del caudillo. De manera que vemos ahora una tribuna vacía frente a un pueblo, unas vacas de cuerpo completo, un puesto vacío en la mesa de dominó… El título de esta fantasía es “Un día feliz” y no necesita demasiado esfuerzo de parte del espectador para reconocer su índole rebelde: en el día feliz no aparece Fidel Castro y así se muestra en pleno Centro Habana. Para seguir leyendo…
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