¿Han escuchado Shape of my Heart, de Sting? Es la historia de un jugador de cartas que juega no por ganar dinero, sino ya buscando un significado más profundo (casi místico) en la suerte… como los estudiosos de la cábala. Con La Bolita ocurre algo curioso: por una parte, se racionaliza el azar, se buscan regularidades, se analizan las estadísticas; y por otra, se apela a los sueños, a las visiones, a las “señales” del universo (usted sueña con serpientes, pues apuéstele al 74, al 39 y al 21). Hay aquí una aparente dicotomía, pero he conocido jugadores viciosos patológicos, que apuestan a ambas variantes. No sé, creo que algunas cosas simplemente no se pueden aprehender… Igual, siempre me han parecido muy extraños esos casos de gente que apuesta a un número por algo que soñó y ganan un parlé escandaloso. Para seguir leyendo…
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