Sucede que sin “parásitos” que limpien la incómoda piel del cocodrilo, la acidez de ese pantano que es Cuba ha empezado a herirnos hasta el fondo mismo de la carne. El país se ha llenado de melanomas: la Seguridad del Estado intimidando periodistas. Melanoma. El aciago Decreto 349. Melanoma. El ambiente de cuartel policial, en el que el policía bueno le cede el lugar al malo para nos explique con detalles los peligros de nuestra opinión, de pensar con cabeza propia frente a la tradición nacional de pensar en manada. Melanoma. La política cultural como un diálogo interrumpido a la fuerza, como un “veremos” jamás resuelto. Melanoma. La idea de que el arte contemporáneo tiene algo que ver con el crimen, de que hay algo vistosamente delictivo en los performances. Melanoma. Para seguir leyendo…
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