Con jamón, lechuga y pitipua, es hiperrealista a más no dar, resulta ese close-up de la conducta de toda una generación que vive más que en el desencanto, en la melancolía crónica. Es el golpe mortal a toda la retórica de la fotografía épica cubana que ha dado la vuelta al mundo vendiendo una imagen glamurosa del poder. Este conjunto de fotos de Leandro y Claudio, sin necesidad de solapín, documenta una experiencia y no el hecho, un estilo o rutina de las que ellos mismos forman parte y hasta generan. Con jamón, lechuga y pitipua es un autorretrato. “ Para seguir leyendo…
Responder