Aquí los dejo con el prólogo que escribiera especialmente Oscar J. Montero para la reedición de Erotismo y representación en Julián del Casal por Almenara el año pasado: «A pesar de su resignación durante las curas horrendas y de su gratitud por su remedio pasajero, a Casal lo traicionó su cuerpo. Murió en la sobremesa habanera, “en una verdadera catarata de sangre”, una escena conocida pero que todavía horroriza, como horrorizó a su amiga Magdalena, que escribe a Carmela, hermana de Casal, cuatro días después de la muerte del escritor: ‘Yo no puedo pintarte lo que pasó entonces en esta casa'» Gocen perversillos 😉
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