ÁrbInv: ·Interviú a Alen Lauzán·

Actualidades | Artes visuales | 10 de noviembre de 2019

No me interesa entender ciertos rechazos con ídolos icónicos que también me pertenecen, forman parte de mi vida creativa. Si un pintor vive en la iglesia pintará mucho a Jesús: naciendo, predicando, sanando, cargando la cruz, descendiendo de ella y así… Yo dibujo a Martí, a Maceo, al Ché, a Fidel, etc… porque me los metieron hasta la médula. Es una especie de sanación “diversionista” y/o venganza ideológica. Además, fueron de carne y hueso, con sus defectos y virtudes, son íconos exquisitamente caricaturizables que, desde sus respectivos momentos históricos, me sirven para entender y representar la Cuba de hoy. Para seguir leyendo…