La dictadura se pliega a su marco legal para criminalizar a los que la enjuician o a los que disienten de sus políticas. En seis décadas, desde que nos domina la Revolución, en Cuba no ha habido cabida para la libertad de expresión, asociación, reunión y movimiento; ningunos de esos derechos fundamentales están reconocidos por nuestra constitución. Y, en todo este tiempo, quienes han levantado la voz para emplazar al régimen han tenido que soportar persecución, ostracismo y represión. Para seguir leyendo…
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