Leí una sola vez, recién publicada, Antes que anochezca. Ha pasado mucho tiempo, pero hace poco, leyendo en Facebook a Ponte-Gabor, recordé cómo Arenas contaba que su desaforada lujuria homosexual se esfumó totalmente durante su encarcelamiento. Siendo la cópula entre hombres no una elección, sino la única opción sexual posible, para Reinaldo perdió todo atractivo: se mantuvo célibe durante toda su condena. A mí, en estas condiciones, me está pasando algo semejante con la creación artística. Me siento absolutamente bloqueado. Para seguir leyendo…
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