José Kozer: La extinción / Poema 13426

Autores | 14 de junio de 2020

Aquí les va ‘La extinción’ de José Kozer. Poema -si la cuenta no engaña- 13426 del autor de El carillón de lo muertos. Gocen perversillos 😉

Atiborraba el escapulario con tomillo, flor de
manzanilla secos: en
el ropero bolas de
naftalina en el bolsillo
de la ropa de invierno,
aquello era un secreto
de familia, una
transmisión: él era
tercera generación,
con el tiempo iba
disminuyendo el
número de miembros,
fueron veintiocho,
dieciséis, cuatro
ahora: las hijas no
tuvieron descendencia,
una criaba conejos
en un piso de San
Francisco, la otra
gusanos, mariposas
que fotografiaba, su
mujer y él se fueron
desentendiendo del
mundo, hijas incluidas:
al norte una vivienda
suficiente en Maine,
al sur unas tumbas,
al este imaginar
Japón, al oeste
desearles buena
suerte a los pueblos
de Bolívar y San Martín:
y en el destimbale actual
del mundo una de cal
otra de arena, cada
cual a lo suyo y sálvese
el que pueda.


No
fumar,
no
beber,
no
participar
de
la
economía
nacional,
no
pedir
prestado
ni
prestar
y
no
poner
un
pie
en
la
casa
de
Dios
hasta
que
echen
a
los
mercaderes,
políticos
y
sacerdotes,
leer
de
todo
salvo
del
Libro.


Leer Hospital Británico de Viel Temperley, la última
obra de Lihn, releer
a los novelistas
irlandeses y
sicilianos, poetas
románticos británicos
y alemanes, descartar
el noventa por ciento
de la poesía cubana.
Cero
euforia
y
mucho
potaje
de
garbanzo.


Con un grano de sal leer a Kozer y a Vega.


Dios de silencio cartujo, labor benedictina, días hablando
en voz baja con (Baucis)
su mujer, bastos temas,
a más banalidad mayor
la dicha: Filemón. Jugar
a los trabalenguas,
parchís, organizar el
lunes los almuerzos
de la semana, las series
de televisión, compartir
en YouTube algún que
otro documental de
interés cultural, una
que otra vez (Filemón)
explayarse recordando
escenas pasadas en
Nerja, Nueva York,
Hampton Bays, Florencia,
Madrid, las langostas del
Atlántico, pueblos de la
Sierra de Almijara, el piso
de Alpedrete, la mala
suerte de tener ciertos
vecinos Oh mundo,
mundo (Parlamento
de Pleberio tras
suicidarse Melibea)
vaya mierda de mundo.