Rafael Fornés: Interviú a Manuel Gutiérrez / El peligro de la especulación inescrupulosa

Arquitectura | Autores | Memoria | 24 de junio de 2020

Los 50 fueron un fenómeno muy especial. El gobierno de Batista era una “dictablanda”. Te movías libremente, se publicaba, se criticaba, uno tenía vida propia, no necesitabas vivir del gobierno. Y eso te daba libertad. Había casos de profesores de la universidad exiliados en Miami a los que se les enviaba su sueldo oficialmente. En esa época no hubo marielitos ni balseros. Desde luego, todos aborrecimos el golpe del 10 de marzo. Las obras se hicieron porque los miembros de la naciente clase media querían una casa moderna y no querían copiar los estereotipos eclécticos que había implantado la sacarocracia cubana.

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