Cuando le preguntaron a Wilfredo en la famosa entrevista qué representa Cuba en su vida y su arte dice que libertad, y que es una suerte. En tanto él ha tenido el privilegio de vivir en un mundo de cristal, la respuesta suya, como tal, es correcta y sincera. Para compartir esa hermosa percepción un grupo de estudiantes de la UCI ha inventado el Wilfredómetro, aparato que debe ser insertado en el ano mientras se repiten consignas hasta lograr que se oxide con la sobreoxigenación del discurso muerto y apriete las entrañas como un garrote vil anal pequeñito. Así clavados podemos mejor imaginarnos devorar con placer cáscaras de plátano con esas sazones que Wilfredo invoca cuando dice que lo que es Cuba hoy día «le impregna un gran condimento a la vida y a la creación». A propósito, en mi nuevo programa, «La cocina cultural de Jacobo», estaré usando el excelente condimento Wilfredo, ya que hasta la mierda saboriza. Para seguir leyendo…
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