Los análisis y las decisiones sobre el desarrollo económico y el bienestar no conducirán a ninguna parte si dejan de integrar, a modo de una única cuestión, los temas del trabajo, los asuntos políticos, la democracia, la libertad. Lo cual, además, sería insuficiente sin el activismo ciudadano. Pero esto podría resultar azaroso, porque para eso el poder deberá enfrentar definitivamente sus fobias con la libertad. Y tales fobias no tendrá que vencerlas en cuanto a la libertad de los otros solamente, sino también en torno a su propia libertad. Para seguir leyendo…
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