Si la Constitución no prohíbe la difusión en internet de fotos, videos y noticias sobre la realidad nacional, o no hace explícito que está prohibido grabar las actuaciones de las autoridades en el ámbito público, un programa televisivo no puede convertirse en intérprete de una ley inexistente, o defender un decreto-ley de menor rango que, en su aplicación arbitraria, viola un derecho constitucional. El programa «Hacemos Cuba», también en 2020 y de manera reciente, ha difamado y asesinado la reputación de numerosos ciudadanos cercanos al Movimiento San Isidro y al Movimiento 27N. Para seguir leyendo…
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