Manuel Marzel: Esa película no la vas a hacer

Autores | Cine | 13 de junio de 2021

Era una persona extrañísima, de una extravagancia nada tropical ni socialista. Un viejo bajito, gordito, rosadito y calvo con unas gafas graduadas enormes. Homosexual no practicante (por decirlo de algún modo), inaccesible, intratable, arrogante y déspota. Le gustaba parecer un aristócrata europeo que está por encima de los demás. De hecho hablaba arrastrando la erre como si fuera francófono nativo (¿imitaba a Alejo Carpentier?). Iba con su eterna chaquetilla oscura por encima de los hombros; ya hiciera frío, calor, lloviera, tronara o relampagueara. El perrito lanudo blanco (llamado aproximadamente Bacchus) en su brazo izquierdo; y en el derecho las papelerías con que gestionaba sus atrocidades. Miraba al frente evitando fijarse en la plebe; y su boca rojiza (que más bien parecía un tajazo en la cara) rezumaba desprecio y babilla. Para seguir leyendo…