La dictadura tendrá que decidir cómo afronta el reto Yunior y tiene tres opciones: Negar la autorización y aguantar las críticas internacionales y cubanas, autorizar las marchas ciudadanas y sentar las bases del entendimiento entre cubanos o autorizarlas, pero ordenando a sicarios infiltrarlas y cometer actos violentos para intentar deslegitimarlas. Para seguir leyendo…
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