DdC: Hoteles en Cuba: extensiones de los cuarteles de la Seguridad del Estado y propiedad de las Fuerzas Armadas

DD.HH. | 14 de septiembre de 2022

Un cubano que participó en las protestas que estallaron el 11 julio de 2021 en la ciudad de Camagüey fue sometido a un interrogatorio por agentes de la Seguridad del Estado en el Hotel Coral Level de la cadena española Iberostar, donde trabajó hasta mayo pasado, tras negarse a continuar colaborando con el órgano represivo, según narra él mismo en un material audiovisual difundido por La Hora de Cuba en su página de Facebook. 

«Yo fui un joven que salió el 11 de julio. Ellos vinieron ese viernes, me llevaron para la unidad (de Policía) de Garrido. Me amenazaron con mi familia. Me dijeron que mis padres podrían perder su trabajo por estar vinculados conmigo. Me dieron a firmar un documento, donde ponía que yo accedía a trabajar con la Seguridad del Estado», cuenta Jesús Javier Basulto, de 23 años.

Trabajar para el órgano del Ministerio del Interior (MININT) no solo implicaba que Basulto no enfrentara ningún proceso judicial por su participación en las protestas, sino que conservaba su plaza en el hotel, que fue inaugurado en diciembre de 2021 como Hotel Coral Level at Iberostar Selection Esmeralda y donde él fue ubicado tras graduarse de la Universidad. 

Su situación cambió cuando se negó a continuar colaborando con la Seguridad del Estado, por lo que fue citado a una entrevista con oficiales de este órgano, que terminó siendo un interrogatorio, y se realizó en las propias instalaciones del hotel del Grupo Iberostar, en abril pasado.

«Ese día, a la hora del almuerzo, acababa yo de sentarme en la mesa, sin probar un bocado, me viene el jefe de seguridad (del hotel) y me dice que tengo que ir a la entrevista. Yo le dije que si podía almorzar y me dijo que no. Así que tuve que dejar mi almuerzo e ir con hambre a la entrevista, o sea, lo hicieron a propósito», asegura Basulto.

En la conversación, que el joven consiguió grabar, un agente de la Seguridad del Estado le presenta a dos presuntos oficiales de la Contrainteligencia Militar (CIM): el primer teniente Omar y el teniente coronel Osvaldo, este último sería el jefe de sección de la CIM. Luego el agente le reprocha a Basulto no haber respondido a los intentos de comunicación de otro agente que se identifica como Christian.

«Sabemos de tu colaboración con la Seguridad del Estado», dice el agente, a lo que le Basulto le responde que ya había dicho que no colaboraría. En ese momento, su interlocutor le recuerda su participación en las protestas de julio de 2021.

«A ver, no es un pie que te estoy metiendo ni nada por el estilo», asegura el agente. «Pero por lo que tú hiciste, aquí no puedes trabajar más, ¿no es así? Entonces, me parece que lo que ellos coordinaron contigo fue que ellos te iban a ayudar».

Basulto, quien es católico y miembro de la Pastoral Juvenil, explica que no se siente bien colaborando con el órgano y que no es bueno para su conciencia ni su salud mental. Ante una insinuación de que le falta «valentía para cumplir las tareas», afirma que no tiene miedo, pero «conscientemente, moralmente» no va a sentirse bien. 

El agente le responde que si no colabora no puede continuar trabajando en el hotel, después de lo que hizo, en referencia a las protestas, porque el hotel es propiedad de las Fuerzas Armadas. Si le habían permitido continuar allí, había sido como una «concesión».

«¿Ahora esto aquí es de qué? De las Fuerzas Armadas», pregunta y responde el agente. «Con lo que tú hiciste, tú aquí no puedes trabajar porque esto es de las Fuerzas Armadas (FAR). Entonces, nosotros tuvimos la concesión de que tú vinieras a trabajar para acá, porque ellos nos dijeron que tú colaborabas con ellos. Pero si no vas a seguir colaborando con ellos…», dice, dejando claro el fin de la relación laboral de Basulto con la instalación, a menos que trabaje para el órgano del MININT.

Tras convencerse de que el joven católico no cambiará de postura, lo interroga sobre los detalles de su participación en las protestas, que consistió principalmente en grabar videos y subirlos a las redes. Basulto los borró solo días después de las manifestaciones, a solicitud de los oficiales que lo interrogaron en aquel momento. 

Después del interrogatorio, tuvo que firmar un documento en el que reconocía haberse manifestado el 11 de julio y cuyo contenido le dictó el agente. 

«Luego de eso, me llama la empleadora de Cayo Cruz y me dice que estoy suspendido, que no tenía que entrar más al hotel hasta que me llamara el jefe de recursos humanos y me diera la baja», cuenta Basulto, quien firmó su baja el 31 de mayo. 

«Me dijeron que no puedo seguir trabajando con Gaviota FAR, que no puedo seguir trabajando en ese hotel porque fui un joven que salió el 11 de julio«. 

En el material audiovisual se ve el documento de la Resolución 015/2022, mediante la que se le aplicó la medida disciplinaria de separarlo definitivamente del puesto. En la conversación en la que se le informa de la medida y que Basulto también logró grabar, las trabajadoras de recursos humanos del hotel reconocen que, durante su periodo de trabajo en el hotel, sus evaluaciones, su comportamiento como trabajador y su desempeño fueron adecuados y no tuvo problema ninguno.

«¿Qué sucede? Que el comportamiento que él tuvo, en algún lugar, no concuerda con los objetivos que tienen las Fuerzas Armadas Revolucionarias. De acuerdo, pero para trabajar en cualquier otro, como profesional, nada que ver», dice una de las trabajadoras. La otra afirma que mientras Basulto estuvo en el hotel, no tuvieron nada que decir en contra suya.

Tomado de DDC