Milho Montenegro: El cuerpo tatuado de la reclusa: una forma de sedición

Autores | 18 de octubre de 2022
©E. Sosa

Sin embargo, el sistema penitenciario, por lo general, prohíbe esta práctica para los reclusos(as), si bien —clandestinamente— esta norma es violentada y el cuerpo termina siendo marcado. Es por eso que el hecho de que una mujer presa tatúe su piel adquiere una connotación de irreverencia, de protesta, que resulta un punto de tensión con respecto al orden de la institución penal y al poder social/patriarcal hegemónico que las censura como sujeto delictivo y como mujer que ha contravenido el rol pasivo y casto impuesto. Para seguir leyendo…