Ismael González Castañer: El escritor ‘cubano’ Ítalo Calvino

Autores | Diáspora(s) | 9 de mayo de 2023
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Nació (15-10-1923) en Santiago de las Vegas, al sur de La Habana. Su padre, Mario Calvino, dirigía allí una estación experimental de agronomía, que aún existe, acompañado por su esposa, la botánica Evelina Marnelli. En 1925 la familia se trasladó a Italia.

Las posibilidades dramáticas del Doble, inflamaron «la mente» de autores como Borges («Borges y Yo»), Dumas (El Hombre de la Máscara de Hierro), Stevenson (El Extraño Caso del doctor Jekyll y míster Hyde) y mucho la de nuestro “coterráneo”: Las Ciudades Invisibles (Einaudi, Turín, 1972), descripción de una serie de ciudades imaginarias (todas con nombre de mujer / felices e infelices / definió algunas como Ciudades Dobles: Andria, Eusapia, Laudonia, Valdrada) en boca de Marco Polo, el viajero veneciano de El Millón, que atravesó Asia por Mongolia y estuvo a las órdenes del Gran Kan Kublai.

Andria: similitud del mundo y las estrellas. Eusapia: la Eusapia de los vivos tiene una copia idéntica bajo tierra, muerta; esta circula arriba y abajo y su autoridad ya está en los vivos, los de arriba: ya no hay modo de saber cuáles son los vivos y cuáles los muertos. Laudonia: más que doble, triple, porque hay una tercera Laudonia: la de los no nacidos, frecuentada por los vivientes de la primera para interrogarlos en silencio; sin embargo, la Laudonia de los no nacidos, no les comunica —como la segunda, la de los muertos— ninguna seguridad, sino sólo zozobra.

En este punto entra Valdrada (“el viajero ve dos ciudades: una directa sobre el lago y una reflejada, invertida/ lo que sucede en una la otra lo repite/ viven mirándose constantemente a los ojos, pero no se aman”), para asociar la oscura rivalidad (dicen) entre los pueblos Manzanillo y Bayamo: Manzanillo está celosa de su capital provincial Bayamo, y en su lucha por merecer la cabecera ha conseguido duplicar a su Alcaldía: se construye de modo que cada uno de los pasos originados en Una se reflejen en la resentida/ en definitiva, ambos pueblos viven el uno para el otro; pero, contrario a la conclusión del ítalo, el subalterno vive mirando constantemente a los ojos de su Mayor.