Rinaldo Acosta: Los comienzos del realismo socialista en la ciencia ficción cubana
Una de las consecuencias del brusco corte en la evolución de la literatura cubana que se produce en 1971, por causas puramente extraliterarias, fue la casi completa desaparición de la corriente fantástica que tanto auge había alcanzado en la década anterior, sometida a una crítica inspirada en los principios del realismo socialista. Dentro de esa corriente no realista se incluía también a la ciencia ficción, que había estado íntimamente vinculada con lo fantástico y la literatura del absurdo, como se ve, por ejemplo, en el caso de Ángel Arango (1926-2013).
La historiografía suele señalar al año de 1978 como la fecha en que se reanudó la publicación de ciencia ficción en Cuba, momento en que se inicia asimismo un período que dura hasta 1990 conocido como “ciencia ficción de los ochenta”, durante el cual hubo un florecimiento inusitado del género en Cuba, tanto por la cantidad de obras publicadas como por el número de autores involucrados. De modo que siempre se ha creído que en la primera mitad de los setenta se interrumpió por completo la publicación de ciencia ficción cubana en la isla. Esto es cierto en general (no se publicaron libros), pero con una curiosa excepción. En 1972 y 1974, es decir, en el momento álgido del llamado Quinquenio Gris (y en lo que ha sido considerado una zona de silencio en la ciencia ficción cubana), el autor cubano Alfonso de los Santos Hernández publicó sendos cuentos de ciencia ficción en la revista Bohemia (que era por entonces la revista cubana más leída). Alfonso de los Santos nació en 1929 y al parecer trabajó en Bohemia durante la década de los sesenta como corrector de pruebas. Estudió periodismo en los setenta y colaboró en las revistas Verde Olivo y Santiago. Su libro Vísperas recibió Primera Mención en el Concurso 13 de Marzo y fue publicado por la editorial Letras Cubanas en 1984. Los cuentos de ciencia ficción de este autor son interesantes porque anuncian algunas de las características que tendría la posterior ciencia ficción cubana de los ochenta. Es decir, ya De los Santos empieza a apartarse de la poética que animaba a la ciencia ficción de la década anterior. Dado que es improbable que sus cuentos se reediten, voy a resumir brevemente el argumento de ambos.
El cuento de 1972 se titula “Hallazgo en la Amazonia”. Una expedición paleontológica al corazón de la Amazonia tiene un encuentro con unos alienígenas de forma arborescente que se desplazan mediante unas “raíces-pies” móviles y que disponen de una tecnología mucho más avanzada. Los seres de otro mundo son amistosos e incluso protegen a los humanos del asalto de un jaguar. Les explican que están allí extrayendo turba, de la cual ellos se alimentan y que en su propio planeta está desapareciendo. A cambio, los alienígenas les traen un trozo de piedra y les aseguran que en el interior los investigadores encontrarán lo que estaban buscando. Después que los forasteros se marchan, los humanos constatan admirados que no han dejado rastro de sus labores de extracción. Al abrir la piedra descubren que dentro hay un fósil.
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