Legna Rodríguez Iglesias: Bailar pegado con Rosie Inguanzo o la balada de la mujer pinguda

Autores | 27 de noviembre de 2023
©De izquierda a derecha: Rosie Inguanzo y Legna Rodríguez / Evelyn Sosa

Las niñas desnudas, americanas, de Henry Darger, pueden ser las niñas huérfanas de la Operación Peter Pan, aquella del siglo XX en la isla leninista, comunista. El éxodo clandestino de más de catorce mil. Y cuando digo niña quiero decir púber, edad de oro, bebé. Animales (focas azules) niñas, cónyuges niñas, postales, fotografías, locura niña, castillo pink. Henry-Rosie endemoniada, la venganza del poema. El delirio teatral, diversionista, da paso a discursos breves que se entrelazan con largos. Rosie Inguanzo gesticula, se obsesiona. La obsesión a nivel moral. La obsesión a nivel sexual.

una vez
la vi
como por primera vez
la piel tersa
blanquísima
los bellos
rojizos
los pezones
rosados
abultados
el mazo de cabello
caoba
nunca más fue
así
de
hermosa

La protuberancia de las niñas Vivian de Darger, que cuando se levantaban las faldas enseñaban los meñiques, se parece a la protuberancia de los políticos, asonantes y vengativos poemas que Rosie Inguanzo intercala entre sus baladas, la de los lobos de una misma camada, la del asesino y la del epígrafe, para juguetear y jugar, que no es lo mismo. Estrofas rimadas irregulares, juguetonas y engoladas, pero también ríspidas, metidas entre col y col. Meteduras. La insistencia de la rima es para mí otra rareza, otro signo indiscutible de una escritura carnívora, digestiva.

Rosie Inguanzo muerde, come, traga, escupe, traga y digiere. Henry, Marguerite, Rodrigo, María, Tatiana, Jacques, Lola, Bella, Michael, Guillermo, Francisco, Ludwig, Peter, Anthony, Doménikos, Diego, José, Wifredo, Frédéric, Arturo, Ana, Carlos, Egon, Catherine, Juan Carlos, Thomas, Jorge Luis y Alicia. Todos en alguna medida rotos, bellos, agazapados, vencidos, moribundos y olvidados. Todos, en alguna medida, flores, en alguna medida comida. La gran pinguda cubana se los ha comido a todos. Su cuerpo crece con ellos, su estructura ósea y su sistema. Falta George, ese cobarde.

íbamos arregladas
de otra época
en guagua llena
a comer
canelones de
pollo
al Hotel Riviera

Leí Baladas crueles cuando era un manuscrito. Leí la niña monstruo, el niño diablo y la pareja modelo. La balada de la pareja, donde Rosie Inguanzo confiesa que ella quiere “nadar con su marido en la piscina de J y ahogarlo en la piscina”, me recuerda a Carson y me gusta demasiado. Si Rodrigo Paestra había llegado hasta aquí para asustarme, subyugarme y violentarme, lo menos que podía hacer era mirarlo a los ojos y abrirle la portañuela. La estrechez de mi cocina no daba para más. Cuando lo hice, encontré una flor abierta, plana, a punto de ser polinizada. Yo podía polinizarla, pero en vez de eso vomité.

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