ODC: Lynn Cruz y La renunciación / ‘En el teatro, crear un grupo es como crear un país’

Autores | Teatro | 24 de enero de 2024
©Lynn Cruz, Elokuente y Gorki Águila / Cortesía de Lynn Cruz

Lynn Cruz es actriz, escritora y directora de Teatro Kairós LCAP (Laboratorio Cubano de Amistad con los Pueblos). Ha actuado en Cuba, Colombia, Alemania, Venezuela y Ecuador. Entre sus filmes se encuentran Larga distancia (2010), Nadie (2017), ¿Eres tú, papá? (2018) y Corazón azul (2021). Ha ganado premios como Mejor Actriz en el Festival Cayenne de Nueva York, mientras que su libro Crónica azul (10 años de rodaje) obtuvo el Premio Kafka de Ensayo/Testimonio (2022). Ha coordinado la Muestra de Cine Independiente-Cine Pendiente y el Festival Internacional de Cine Alternativo en el Instituto de Artivismo Hannah Arendt (Instar). Entre las obras de teatro que ha escrito y dirigido se encuentran Los enemigos del pueblo (2017), Patriotismo 36-77 (2018) y Sala-R (2021).

A pesar de su extensa obra, desde el 2018 vive marginada por las instituciones culturales oficiales, discriminada por su postura crítica ante la política del gobierno cubano. Desde entonces trabaja de forma independiente. Actualmente termina su último proyecto: La renunciación. Surgida desde el interés y la preocupación cultural, esta obra se realiza bajo las restricciones de un contexto autoritario; aun así, transpira compromiso y alerta. Sobre La renunciación, Lynn Cruz comparte ahora declaraciones exclusivas.

¿Cómo surge la idea y a qué motivos responde el proyecto?

La renunciación es un poema que parte de una novela inédita. El manuscrito cuenta la historia de un hombre que ha perdido a su mujer. No se sabe si lo dejó o si está muerta. Es un soliloquio de principio a fin. Es muy visceral. Por esa razón ese poema se aviene al teatro. Es deliberadamente anónimo, entre otras cosas porque su autor no quiere revelar su nombre. Eso fue lo que me dio la idea de que el poema fuera recitado por todos. Porque «todos» es también «nadie».

¿Te refieres con «nadie» a una forma «pública» de burlar la censura institucional, o quizás al impersonalismo que ha dominado el tratamiento de la sociedad desde el discurso cultural cubano?

Ambas cosas. Me gusta que por accidente haya sido así, por tratarse de un contexto opresivo. Por otro lado, es poético que un poema titulado La renunciación contenga, de antemano, la renuncia de la firma por parte del autor. En la vida nos la pasamos también renunciando. No podemos tenerlo todo. Pero siento que he llegado al poema también porque hacer teatro, cine o escribir de la forma en que lo hago implica la renuncia a una vida normal. No dejaré de creer que la única finalidad del arte es la eterna búsqueda de la belleza. No sé si la encuentre. Solo que la seguiré buscando.

¿Cómo continúa la gestación de este proyecto?

Hace algún tiempo El Bunker (Espacio alternativo), un grupo de teatro boliviano, invitó a nuestro grupo a que participara de una campaña de solidaridad con las mujeres iraníes, a raíz de la muerte de la activista Mahsa Amini a manos de la policía iraní. Fue la primera vez que pensé en decir el poema. Al final, el proyecto no se concretó.

En octubre de 2023 la historiadora cubana Alina Bárbara López Hernández fue procesada judicialmente por razones políticas. Por aquellos días se estaban recogiendo firmas contra la arbitrariedad cometida. Entonces retomé el poema. Daniel Triana y yo hicimos lecturas en vivo desde la página creada en Facebook «Justicia para la profesora Alina Bárbara». Mi lectura dio paso al montaje que realizo desde entonces con Teatro Kairós LCAP.

¿Cómo ha sido el proceso de montaje?

Una parte importante ha sido a distancia, con actores y músicos con los que trabajé en el proyecto Ratiodeka, como es el caso de Romane Dahan y Adriels aka Awen. Ratiodeka, en el que también colaboro como docente, es una plataforma digital con carácter académico y multidisciplinario radicada en Madrid. Evelyn Corvea, actriz también de Kairós, coordina los talleres de la mano de Augusto Fenollar, director del proyecto.

En Cuba, la mayor parte ha tenido lugar en La Paja Recold, que dirige Gorki Águila, líder de la banda de punk-rock Porno para Ricardo (PPR). El poema empieza recitado y termina musicalizado. He escrito que esta es una obra de microteatro/punk/hop, porque al tener a Gorki y reunirlo con René Díaz, Elokuente, era una oportunidad, sin duda, para combinar el teatro desde su génesis con otros estilos y géneros musicales.

PPR ha sido el encargado de la creación y grabación del tema compuesto por el propio Gorki. El audiovisual también está realizado en diferentes idiomas y formatos, porque los actores que viven afuera se han filmado a sí mismos a partir de una pauta común. Aunque la idea es desmaterializar el espacio, las imágenes provienen de Marsella, Madrid, Barcelona, Estocolmo y los Estados Unidos.

Estoy esperando ver el resultado final. Obviamente será un producto meramente audiovisual. Adelanto que en total somos casi una veintena de actores, músicos y personas que se han motivado a corear: «¡Basta!», «¡Renuncio!». Participan además dos raperos internacionales (Justina y Tajito). Más adelante podré dar otros detalles del elenco internacional, que no es solo algo nuevo para el grupo, sino que hay algunos miembros de Kairós, como es el caso de Evelyn y Olivia San Román, que viven en el extranjero y se han mantenido dentro del proyecto. Hay otras sorpresas que aún no quiero revelar.

¿Cómo ves el resultado y qué expectativas tienes para su presentación?

Estoy muy contenta con lo que ha quedado. El trabajo con Gorki ha sido muy importante para mí, porque él tiene el peso no solo en la parte musical, sino que es el que más tiempo lleva en el audiovisual. Gorki leyó en nuestra obra Los enemigos del pueblo la lista de los desaparecidos durante el hundimiento del remolcador 13 de marzo. Además, trabajamos juntos en el filme Corazón azul y en el video musical Adónde está la libertad. Claro que inmediatamente pensé en él para este nuevo proyecto. Elokuente además hizo la improvisación del rap, debido a que no era posible rapear el poema en su forma original. También tengo un buen recuerdo del momento en el que probábamos sus letras en La Paja Recold, hasta quedarnos con el resultado final.

Ha sido un trabajo desafiante y divertido, aunque siempre con las dosis amargas que no faltan en los procesos creativos de Kairós, debido a los contenidos de sus obras. Lamentablemente, una de las actrices renunció al proyecto después de haber editado su imagen y haber mezclado su parte en el tema. Esto es algo nuevo para el grupo, especialmente el derroche de energía y de recursos, aunque no en el cine que realizo junto a Miguel Coyula, donde sí he tenido una experiencia similar.

En el caso del teatro, algo así termina afectando la energía del grupo. Porque crear un grupo es como crear un país. Funcionas como un sistema. Lo que nos define como sociedad, termina padeciéndose en el arte. Fue extraño compartir fotos en el grupo de una experiencia agradable con la actriz y de la noche a la mañana tener que eliminarla del grupo. Es la parte más chocante para mí. Esa que provoca el miedo.

No obstante, de este tipo de experiencia trato de quedarme con lo mejor, y es que los obstáculos no son el final del camino, sino una nueva oportunidad. Una oportunidad que tampoco es mejor ni peor, solamente distinta. Trabajo siempre desde la convicción de que los sueños no se abandonan, se persiguen hasta las últimas consecuencias. El próximo 24 de febrero será nuestro estreno desde el canal de YouTube Teatro Kairós LCAP. Apunten la fecha.

Fragmento de La renunciación:

«Renuncio a mis ojos,

a mi lengua,

a mis ideas,

a mi pensamiento.

Renuncio a mis lágrimas.

Renuncio a mi espalda.

Renuncio a mis pulmones…

A mis vísceras.

Renuncio a mis pasos,

a mis huesos,

a mis sombras.

Renuncio a que me lleven

de la soga al matadero.

Renuncio a mirar hacia otro lado.

Renuncio a callar,

y a morir de miedo…»

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Publicación fuente ‘El estornudo’ y ‘Observatorio de derechos Culturales’ / Se publica con permiso de la autora.