Cubanet: ¿Un país seguro? / Especial de violencia en Cuba

DD.HH. | 25 de abril de 2024
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En Cuba, que hasta 2019 había reportado algunas de las menores tasas de crímenes violentos en el hemisferio occidental, las cosas están cambiando. No solo existe un incremento de la violencia, documentado a través del periodismo independiente e incluso los datos oficiales; sino que esta es cada vez más letal y más misógina. 

Mujeres que denunciaron a sus agresores mueren en sus manos, sin que la Policía les auxilie. La Policía, que arresta disidentes solo por gritar consignas, no ha atendido denuncias de violencia que más tarde resultaron en feminicidios y otros crímenes letales.

“Si me pasa algo, [que] todo el país sepa que fui a la fiscalía ciudadana, a la Policía, y que no han detenido al ciudadano. ¿En g [sic] país vivo que no importa la vida de una ciudadana cubana?”, escribió Nancy Peña, de 42 años, los dedos atropellándose de terror y rabia sobre el teclado. 

La había amenazado de muerte su expareja. Los dos residían en Holguín, al oriente de Cuba, la nación que en las cifras reportadas por el Estado tuvo hasta 2019 uno de los índices más bajos de criminalidad violenta en el hemisferio occidental, pero donde, desde entonces, las cosas han ido cambiando. 

 Nancy dio enter e hizo público su post. La denuncia formal por la amenaza que recibió la había presentado ante la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), la instancia encargada de la seguridad de la población en Cuba.

“Con el triunfo de la Revolución se crean condiciones enteramente nuevas, se establece una identificación entre la Policía y el pueblo, una identificación entre la Policía y las masas, […] tanto en lo político como en lo social”, decía el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel, citando a Fidel Castro, en enero de 2024. El  dictador celebraba el 65 aniversario de la corporación policiaca, recordando un discurso del fallecido.

Pero la tarde en que publicó ese post, a Nancy Peña la “identificación entre la Policía y el pueblo” le alcanzó para muy poco. Para nada, realmente. Su denuncia fue ignorada, y la persona que la había agredido siguió en libertad para perseguirla y cobrar venganza. 

Una constante amenaza de muerte acecha en su propia casa a las mujeres cubanas que viven en situación de violencia. La construcción y análisis de una base de datos de cerca de 400 crímenes violentos verificados que presentan hoy CubaNet, Cubalex y Data Crítica, revela que al menos en una tercera parte de los feminicidios verificados los agresores tenían antecedentes violentos, que en ocho de cada diez casos los asesinos eran parejas o exparejas de las mujeres y que mientras los hombres son asesinados en el espacio público, las mujeres lo son en sus propios hogares.

La tasa oficial de asesinatos intencionales de mujeres, calculada a partir de las estadísticas del Ministerio de Salud de Cuba, muestra que lo que en 2021 parecía una anomalía, una súbita crecida de asesinatos de mujeres, se consolidó a finales de 2023 ya como una tendencia. Arrinconado por organizaciones y periodistas independientes que documentan la violencia contra la mujer, el Estado cubano se ha visto por primera vez obligado a reconocer, entre eufemismos y a regañadientes, la creciente violencia en Cuba.

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