Daniela Rouco Lledes (Drama): AGACHARSe / Una manera incómoda de contar una historia

Artes visuales | 8 de mayo de 2024
©Drama

Con curaduría de Haziel Scull Suárez y texto de Yadian Rizo, aquí les van las imágenes de la más reciente exposición de Daniela Rouco Lledes (Drama). Exposición que aún se celebra en la Vitrina de Valonia, Centro cultural de la Oficina del Historiador de la Ciudad dedicado al cómic y la cultura belga en La Habana.

Gocen 😉

La columna tiene treintaitrés vertebras, unidas unas a las otras por ligamentos y articulaciones. Treintaitrés piezas que deben encajar perfectamente unas con otras para poder funcionar. Y es que, al parecer, Daniela Rouco Lledes (Drama) utiliza esta funcionalidad como un juego didáctico para niños, una especie de historieta donde la columna es un rompecabezas. Vuelve a la infancia con sus dibujos y refleja su comportamiento cotidiano. En esta ocasión, desde una visión madura, intenta educar utilizando las líneas y los colores. Su lenguaje lineal transmite que no hay muchas diferencias entre niños y adultos, solo cambia la perspectiva con que vemos nuestro entorno. A los adultos también nos gusta armar rompecabezas y quizás utilizarlo como vía de escape a ese sobrepeso social que llevamos en la columna. Pensamos, pensamos y pensamos –qué malo está esto– digo, el rompecabezas, y movemos la ficha de lugar, la regresamos y es ahí donde nos damos cuenta de que no sabemos dónde va. Y nos frustramos. Un niño se deja llevar por la inocencia, la imaginación y coloca cada pieza con mayor facilidad. No podemos controlar el movimiento de cada pieza, como no podemos controlar el de nuestra columna, que es como el movimiento de un gusanito. Nos ponemos a pensar que nadie nos quiere, que todos nos odian, pero me como un gusanito. ¡Ay! ¿De qué era de lo que estaba escribiendo? Me siento un poco perdido, me falta el aire. Daniela, ¿dónde va esta pieza?

Por eso se recomienda respirar profundo, concentrarse, armar el rompecabezas con una buena postura y poner la pieza en el lugar correcto. Y recuerda, ¡hasta para agacharse hay que tener cuidado!