Cynthia de la Cantera Toranzo & Norge Rodríguez: Cerveza, carbón y recargas telefónicas / Se expanden los negocios internacionales de la familia Castro

DD.HH. | 28 de mayo de 2024
©Rafael Alejandro García 

Era diciembre de 2018. Como cada noche de viernes, en el bar La Esencia, ubicado en una casa colonial en El Vedado, epicentro cultural de La Habana, había un happy hour que se promocionaba bajo el nombre de Tarde de Sol.

En el jardín, junto con las luces de navidad, colgaban dos gigantografías de vinilo a cada lado de las columnas de la entrada. Un grupo de chicas, todas ellas coronadas con gorros también navideños, traían y llevaban cubetas con botellas de cerveza helada a los clientes que allí se reunían; casi todos, turistas y jóvenes de la élite social capitalina.

Las camareras vestían camisetas negras con un logo estampado, el mismo que se veía sobre las impresiones gigantes y las cubetas: el logo de la cerveza Sol, una lager de la cervecería mexicana Cuauhtémoc Moctezuma, que hasta esa fecha apenas se conocía en el país. 

Entonces estaba a punto de terminar un período de cuatro años en el que Cuba vivió el alivio producido por el deshielo con Washington, como parte de la política de acercamiento emprendida por la administración de Barack Obama. Al calor de una apertura tímida del régimen cubano a la iniciativa privada, el público nacional conoció la refrescante Sol, que pronto conquistó el mercado interno. 

Sol organizaba sorteos en las Ferias Internacionales de La Habana (Fihav), el evento comercial y de inversiones más importante del país, así como concursos de fotografía en revistas de farándula. Artistas reconocidos, como la banda de salsa Charanga Habanera, o el cantante y compositor Descemer Bueno, también participaron en las campañas de la marca. 

Bueno, quien en 2014 compuso el tema Bailando que luego impondría en las carteleras musicales junto a Enrique Iglesias y Gente de Zona, y que en 2021 tuvo parte en el contestatario Patria y Vida, hasta accedió a hacer una versión especial de su canción, Nos fuimos lejos, para grabar un videoclip publicitario de la cerveza. 

Aún en ese período aperturista, en el que en la isla se pasó de la simple tolerancia a una promoción tibia de los emprendimientos comerciales, tal alarde publicitario -una práctica que hasta entonces se asociaba al desdeñado capitalismo- era demasiado. Solo algún tipo de visto bueno oficial podía justificarlo. 

En Cuba, donde el gobierno tiene el control absoluto de las importaciones y exportaciones, una actividad de esa naturaleza solo la puede llevar a cabo un privado si cuenta con la confianza de los Castro o es pariente de la familia. 

Un joven cubano, Marco Jesús Amorós Moreno, hoy con 32 años de edad, era quien daba la cara por esa intensa promoción. Se mostraba como embajador de la marca en la isla, para fomentar el “salir mucho, comprarse en este caso una cerveza Sol, hacerse fotos solo o junto a tus amistades, pasándola bien, y subirlas a las redes”, según describía su misión en una entrevista. “Yo casi no podía creer que el trabajo consistía en eso y que además me iban a pagar por salir de fiesta”. 

Como otros jóvenes representantes de empresas extranjeras atraídas por el boom del momento, Amorós tenía sus vínculos, como aún los tiene. Es uno de los amigos cercanos de Sandro Castro Arteaga, nieto de Fidel Castro, el mismo que en 2021 provocó un escándalo en las redes sociales con un video en el que presumía de un lujoso Mercedes Benz. 

Para 2018, Sandro Castro gestionaba algunos de los bares más caros en la capital, como el Fantaxy y el EFE que, al igual que La Esencia, empezaron a vender la cerveza Sol y a acoger las actividades de impulso de la marca. 

Pero Marco Amorós no era necesariamente la pieza clave del negocio de la cerveza. En realidad, detrás de la campaña publicitaria actuaban empresas registradas en México y Canadá, gestionadas por personas afines a la cúpula, que habían traído los cargamentos de cerveza a Cuba. 

El presente reportaje sigue el rastro en registros mercantiles de estas y otras compañías, incluidas todas en dos amplias redes de comercio internacional, activas al día de hoy, y puestas al servicio del régimen cubano y de la familia Castro. Redes modeladas por dos individuos que aún las operan: José Israel Adato Steiermann y Héctor Castro Santana. 

A continuación se revela, por primera vez, un mapa de empresas que se conectan, desde México y España, con negocios de los Castro. Estas redes no solo incluyen la importación y expendio de cerveza, sino otras áreas, desde las telecomunicaciones -por donde YucaByte comenzó a tirar de los hilos para esta investigación- hasta los servicios jurídicos, y la comercialización de carbón, productos agrícolas y bebidas, entre otros productos. 

Una lager bien fría de Cancún a La Habana

Apenas un par de meses después del restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, en febrero de 2015, el empresario mexicano José Israel Adato Steiermann fundaba en Florida, Estados Unidos, la sociedad limitada Dibermex LLC. 

La distribuidora se encarga, entre otras actividades, de comercializar los productos de sus clientes en diferentes canales de duty free, un mercado atractivo por la exención de impuestos y porque incluye “áreas militares, servicios diplomáticos, aeropuertos, puertos de navegación, cruceros, barcos de carga y comerciales y tiendas en zonas fronterizas”, como proclama en su sitio web. Para la logística necesaria, la empresa cuenta con una bodega en Miami y asegura mantener relaciones con más de 250 compañías proveedoras.

Dibermex LLC es una de las cuatro empresas que comparten el acrónimo de Distribuidora de Bebidas y Refrescos Mexicanos, S.A., la denominación precisa de la primera que Adato registró, en 1997, en Panamá. 

Dibermex, junto a la empresa Interglobe, también de Adato, fueron responsables del marketing detrás de la cerveza Sol en Cuba. Además, Dibermex LLC despachó a la isla al menos 8.368 cajas de la cerveza estadounidense Miller Lite, según revelan bases de datos de importación-exportación. 

Pepe Adato, como se hace llamar en las redes ya a sus 59 años, ha tomado el control de, al menos, otras 11 compañías durante las últimas dos décadas. Viaja con frecuencia a Cuba y España, y reside con su esposa, María Begoña Arellano Mieres, en la Supermanzana 500, una zona residencial de Cancún, la meca turística del estado de Quintana Roo, en México. Ella, graduada en Administración y Gestión de Empresas, y Daniel Adato Arellano, uno de sus hijos, han prestado sus nombres para el registro de estos negocios, en calidad de directores o apoderados. 

El padre de Adato, que también era empresario, vivió en Cuba antes de instalarse de forma permanente en México. Mauricio Adato, un turco judío, se asentó en la isla a finales de los años 50 del siglo pasado. Cuando el gobierno revolucionario tomó el poder, Adato padre se incorporó al Ministerio de Industrias, donde fue primer delegado. Ese nombramiento como representante de una institución estatal sólo se concedía a personas leales al régimen revolucionario recién instaurado. Los delegados, definió el propio Fidel Castro en un discurso de 1961, constituían “la médula activa y pensante de la clase obrera”, entre quienes no podía haber “ningún tránsfuga, ningún corrompido, ningún claudicante, ningún traidor, porque ningún centro de trabajo habría admitido que lo representase una persona indigna”. 

Con todo, Mauricio Adato dejó Cuba a mediados de los años 60 y emigró al país azteca. Allí nacieron sus cuatro hijos y se volvió empresario. 

Para finales de los años 90, dos empresas de la familia Adato ya aparecían registradas a nombre de abogados que fungían como sus agentes. Entre estos se encontraba Keydee Chaveli González Delgado, una ciudadana panameña que desde entonces ha estado al servicio de los Adato y de otras empresas vinculadas a Cuba. En 2020 registró Al Caribe Sales S.A., una tienda del entonces incipiente comercio en línea para el envío de paquetería al país desde la zona libre de Colón, en el frente norte-caribeño de Panamá. 

Ya mencionada, Interglobe Inc. (antes Interglobe Trading Inc.) es la empresa más antigua de esta red, a la que José Israel Adato se incorporó para finalmente dirigirla. Fue registrada en 1984 en Canadá, cuando la isla recién se abría con recelo a la inversión extranjera. 

Aunque inscrita en la Cámara del Comercio de la República de Cuba en el renglón de la computación desde 1997, hoy la empresa también se dedica a la comercialización de cervezas –en 2019 registró en Cuba el lema comercial de la Sol-, así como de maltas, carnes congeladas y útiles del hogar. Dispone de una oficina en la calle 1era, entre A y B, en El Vedado. En el edificio, que alberga otras empresas vinculadas al régimen, también radicó Dibermex LLC hasta 2023.

Para la fecha de la fundación de Interglobe Inc., el régimen ya tenía algunos años de experiencia en el registro de compañías en jurisdicciones extranjeras. 

A raíz de la expulsión de Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA), en 1962, y hasta finales de esa década, las principales sedes de estas operaciones eran Canadá y países europeos como Suiza, Malta y Luxemburgo, conocidos, entre otras cosas, por servir como paraísos fiscales, según indica para este reportaje el ex diplomático cubano Enrique García Díaz, desde Miami.  

Así funcionó “hasta que, a principios de los 70, el presidente panameño Omar Torrijos restableció las relaciones diplomáticas con la isla”, explica García Díaz, quien además trabajó durante esa época, y por 11 años, como agente operativo de la Dirección General de Inteligencia. “Fue entonces cuando el gobierno cubano comenzó a registrar sus empresas en el país centroamericano. Y esas empresas, te puedo decir, abarcaban todo. Se creó una para los barcos, una para las importaciones… Llegó un momento, a mediados de los años 80, que la cifra de empresas de la [corporación] Cimex en Panamá era alrededor de 67”.  

Con Cimex, García Díaz alude a una corporación del Estado cubano que maneja un amplio portafolio de empresas por todo el país, incluidas tiendas, gasolineras e inmobiliarias. Controla también el mercado de remesas e inversiones a través de Fincimex S.A. Inicialmente reportaba al Ministerio del Interior (Minint) pero, cuando Raúl Castro asumió el poder, fue absorbida por el Grupo de Administración Empresarial S.A. (Gaesa) del Ministerio de las Fuerzas Armadas. 

Un nieto de los Castro gestiona el negocio familiar en Europa

Este nuevo destino para las operaciones del régimen en el istmo panameño no frenó, sin embargo, la expansión de la red de empresas que ya se venía desarrollando desde Europa.

Una de ellas, Gieinter AG se fundó en 1977 en Lugano, Suiza. Con casi 50 años de operaciones, la empresa aún se mantiene activa. Está inscrita en la Cámara de Comercio de la República de Cuba desde 1997. Y recién en octubre de 2023, recibió una autorización del Ministerio del Comercio y la Inversión Extranjera (Mincex) para abrir una oficina en la isla. 

Gieinter AG se dedica a la comercialización de carbón, madera, metales y productos industriales en general. En estos momentos, provee a emprendedores cubanos de tablas de madera, tejidos, piezas hidráulicas, rollos de césped artificial y otros artículos para sus negocios. 

En 2007, Massimo Vecchi, un italiano de 67 años involucrado en esta red, ocupó la presidencia de Gieinter AG. Vecchi fue director del grupo Cuba Commercio e Servizi GEIE, que facilita la promoción de productos cubanos en la península itálica; y ha participado como consejero, vicepresidente o apoderado de negocios en España y Panamá que devela más adelante esta investigación.  

Más tarde, en octubre de 2011, Vecchi se incorporó también como presidente de una empresa que operó, entre 2012 y 2018, bajo la denominación de Gieinter Trade S.A. La firma, fundada en 1981, ha cambiado desde entonces cuatro veces de nombre. En la actualidad, se identifica como Finsuiza AG, y funge como compañía presidenta y administradora de otras dos empresas helvéticas identificadas por YucaByte. 

Junto a Vecchi, tres personas recurrentes de la red también han figurado como miembros o presidentes de Gieinter AG. Dos de ellos de origen italiano: Esteban (Stefano) Belso Sabini, y Giovanna Vecchi, de 35 años, quien fue representante legal del grupo de empresarios. 

El último en sumarse a Gieinter AG, en calidad de presidente, fue el ciudadano español Oscar García Fernández. Meses más tarde, en 2016, creó una sucursal en Panamá, Gieinter AG Branch. Y, apenas un año más tarde, se nombró representante de una tercera del grupo, Gieinter Ibérica SL, en España. Esta última ingresó en los registros mercantiles en 2017, de la mano del escritorio Boza Abogados y Consultores SLP, que dirige Héctor Castro Santana. 

El grupo Gieinter está asimismo asociado a la mipyme cubana Industrias Párraga, aprobada en 2022 por el Ministerio de Economía y Planificación. Radica en Siboney, la zona residencial más exclusiva del país, y muy cerca de la casa de Raúl Castro. Su representante, Eric René Fernández Alfonso de Armas, utiliza como dato de contacto un correo electrónico con el dominio gieinter.ch, correspondiente a la empresa. Algo que llama particularmente la atención pues, por lo general, solo los empleados o socios de una compañía pueden crear cuentas con sus dominios. 

Por su parte, a Castro Santana lo delata su primer apellido. El abogado de 49 años de edad es nieto de Ramón Castro, el hermano mayor de Fidel y Raúl y, por lo tanto, sobrino-nieto de estos dos. Aunque hace más de 20 años que emigró de Cuba, asegura que mantiene una buena relación con su tío abuelo Raúl y el resto de la familia. 

Castro Santana se fue a estudiar a España unos meses después de graduarse en Derecho en la Universidad de La Habana, en 1999. Luego de dos años, se tituló con un máster sobre la Unión Europea en la Universidad de Alcalá de Madrid. Y en el curso siguiente, en 2002, homologó su título como abogado en ese mismo centro. 

A pocos meses de homologar su título, y casi en simultáneo con la construcción de la trama de Adato en México, Castro Santana comenzó a hilar su propio emporio. En junio de 2002 fundó el primero de sus tres bufetes: The CC Law Firm, en el distrito de Salamanca, uno de los más caros de Madrid y de toda España, repleto de tiendas de lujo e inmuebles millonarios. 

A la tríada de escritorios jurídicos que integran el ya citado bufete Boza Abogados y Consultores SLP, junto con The CC Law Firm, la completa otro más reciente, inscrito en 2021, HCFC Abogados Internacionales SLP, que se especializa tanto en la oferta de servicios de trámites de nacionalidad y extranjería a cubanos, como en el asesoramiento a empresas interesadas en invertir en Cuba. 

Vale aclarar que la abogacía es una profesión que no todos los cubanos graduados en la isla pueden ejercer en el extranjero. Ello requiere de estudios extras y trámites burocráticos que la mayoría no puede costearse. Para colmo, dentro del país, está prohibida su práctica de forma independiente.

Cuando Castro Santana se inscribió como administrador único en el bufete Boza Consultores SL. en 2013, la empresa ya llevaba cinco años operando. Al frente de ella estaban Luis Enrique Martínez Estañol y Amílcar Frías Sardiñas, cubanos, quienes hasta entonces tenían todo el poder legal para tomar decisiones sobre la sociedad, en su condición de administradores solidarios. Ambos, como Castro Santana, se graduaron con una Licenciatura en Derecho en la Universidad de La Habana (con un par de años de diferencia) y se residenciaron en Madrid. 

Sardiñas Frías, junto con su ex esposa, Norvis Díaz Baños, tiene además otras dos compañías: la USA General Construction Consulting Group, Corp., creada en 2007 en Florida; y Fisher Desing Group SL., registrada en 2014 en Madrid. Esta última está involucrada en sectores recurrentes de esta red, como la comercialización de materias primas agrícolas, metales y minerales. 

Al otro, Martínez Estañol, se le puede ver en varias fotos de su perfil en Facebook con Castro Santana, el sobrino-nieto de Fidel y Raúl. Según muestran las gráficas, han compartido cenas, aventuras como lanzamientos en paracaídas, y asientos en las primeras filas del estadio Santiago Bernabéu, casa del Real Madrid, en la final de la Supercopa de España de 2017. Martínez Estañol, miembro de la Asociación Profesional Abogados de Extranjería de Madrid (Apaem), se desempeña como apoderado y administrador de unas nueve empresas, incluidas consultoras legales, importadoras y exportadoras. 

Con la inscripción de Castro Santana en Boza Abogados y Consultores SLP, Martínez Estañol y Frías Sardiñas pasaron a ser apenas representantes de la empresa. La movida, que en los registros los subordinó a Castro Santana, también trajo consigo el cambio de nombre de la compañía, pues antes se llamaba solo Boza Consultores SL. 

Al día de hoy, el bufete tiene una plantilla que no supera los nueve empleados, mientras factura alrededor de dos millones de dólares al año. La oficina donde opera en Madrid aparece, además, entre los puntos de recogida de paquetes para el envío desde España a Cuba, a cargo de la empresa Viajes Sunshine SL, registrada a nombre de Yolexi Singh Frías, un cubano acusado en España de espionaje para los Castro. Consultoría Jurídica Miramar S.L, otra de las empresas de Singh Frías, también comparte la misma dirección en Madrid con Boza Abogados y Consultores SLP. 

En noviembre de 2023, Yolexi anunció en su cuenta de Instagram que la mipyme cubana Nego Servis Expreso SURL tenía “variedad de cervezas disponibles para su negocio”, enviaba piezas de repuesto para autos, y ofrecía el servicio de compras mayoristas para empresas en Cuba. La mipyme está registrada en la isla por Rogelio Singh Luque, padre de Yolexi y ex coronel de la Seguridad del Estado. 

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