Esta nueva izquierda latinoamericana no es progresista, en realidad es lo opuesto, vieja y reaccionaria. Está construyendo un orden conservador, una restauración estalinista pero de carácter monárquica y sultanista—una impensable alquimia de la teoría política. Reformas constitucionales para perpetuarse en el poder, cónyuges que son sucesores presidenciales, hermanos heredando un poder dinástico. ¿Es ese es el politburó de la CELAC? ¿Es esta la utopía de su revolución? Para seguir leyendo…
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