La dictadura de La Habana no pierde una oportunidad de sacar provecho de una desgracia. Cuando se trata, sobre todo, de algo que tiene que ver con la salubridad, los Goebbels caribeños se ponen extáticos y son más ingeniosos y cínicos en su maquinación. Era de esperar, al reaparecer el rostro atroz del ébola sobre el occidente de África, que el despotismo cubano aprovecharía los azotes dramáticos de este mal para capitalizar con otro espectáculo mediático más. Para seguir leyendo…
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