«Propongo al visitante que se convierta en ‘inspector’ en su recorrido por mi muestra», dice. Quien entra en la galería se encuentra con el carnet oficial de artista de Feal expedido por el gobierno cubano y un ejemplar de la gaceta estatal en que se incluye el polémico decreto. Pero después esperan las imágenes, de gentes y escenarios habaneros, algunas encadenadas como una secuencia de película. Es una inmersión más conceptual que real en la actualidad cubana, con alguna pieza especial como las fotografías del Hotel Roma, bar nocturno de La Habana por donde desfilaban las tribus urbanas de la ciudad… Para seguir leyendo…
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