Entiendo que un documental de corte seudocientífico, didáctico, de promoción turística, trate de ser lo más neutral posible con respecto a la política del país que promueve. Sucede en el caso de casi todos los documentales sobre países africanos y asiáticos, donde por lo general se evita hablar de la corrupción y el pillaje de sus gobernantes. Me hubiera ido molesto pero tranquilo si este filme se hubiera detenido ahí. Aparentemente hace un buen trabajo al respecto la mayor parte del tiempo, el gobierno apenas se menciona. Pero es solamente una cobertura para introducir su veneno. Para seguir leyendo…
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